No quedarse corto ni largo

Quedarse corto o jugar largo en golf suele derivar en similar resultado: no conseguimos el objetivo deseado que es dejar la bola en green y, si no conseguimos dejar la bola en green, posiblemente apuntaremos en nuestra tarjeta uno o más golpes más de los que obtendríamos si nuestro golpe fuera certero y la bola descansara en el green.

Pero, en nuestro caso, ¿Nos quedamos cortos o largos? En otras palabras, ¿conocemos nuestro juego lo suficiente como para decir que habitualmente nos quedamos cortos, nos pasamos de green o llegamos al green de forma habitual? Muchos jugadores a los que les pregunto esto se me quedan mirando, piensan y les cuesta mucho decidir. Todos queremos llegar a green, pero si el 90% de los golpes fallados se quedan cortos y esto nos ocurre en el 40% de los golpes de aproximación, ¿No sería recomendable usar un hierro más?

En ocasiones acudimos al profesor de golf porque nuestro GIR no es bueno, no conseguimos llegar a green con posibilidades de par prácticamente nunca. Suponemos que es un problema de falta de acierto con los hierros pero el problema radica en que no analizamos nuestro juego suficientemente y no sabemos si nos quedamos cortos o largos cuando jugamos hacia el green.

La solución es apuntarlo en la tarjeta de la misma forma que apuntamos los golpes, los putts o las calle cogidas. Te proponemos una forma de apuntar muy sencilla: apuntamos corto (C), largo (L) o en green (E), o con cualquier nomenclatura que nos resulte fácil de recordar. Así, al llegar a casa, podremos valorar nuestros resultados de forma que, si nos hemos quedado cortos en un gran número de hoyos deberemos pensar en jugar un hierro más en nuestros golpes de aproximación o bien, si hemos jugado largo en muchos hoyos valoraremos hacer lo contrario.

Para eso el dicho popular: más vale lápiz corto que memoria larga. Nuestro golf nos lo agradecerá.

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