Llamamos grip a la forma de agarrar el palo por su empuñadura. La forma en que nuestras manos abrazan el palo para sujetar con la suficiente fuerza y a la vez mantener la sensibilidad. Fuerza suficiente como para que el palo no gire ni se nos escurra de las manos en el golpe. Sensibilidad suficiente como para no aportar rigidez a nuestro agarre.

También denominamos grip a la empuñadura de nuestros palos, las fundas de goma que ponemos en el palo de golf.
Como el swing de golf es un conjunto de pequeños pero importantes detalles, el agarre es el primero que debemos estudiar. Parece mentira la influencia que tiene la forma de agarrar el palo a la hora de conseguir un buen vuelo de la bola.

¿Por qué debemos estudiar nuestro grip?

agarreNingún arquitecto diseñaría un edificio de 20 plantas sobre pilares inseguros. Para poder construir cualquier cosa necesitamos una base sólida.

En el golf, como en muchas otras facetas de la vida, unos buenos fundamentos son la base de nuestra evolución. Muchos jugadores de golf no prestan atención a este detalle y sin embargo consiguen un buen nivel de golf.

No obstante, analizar el agarre del palo de golf nos permitirá avanzar más rápidamente y nuestro hándicap lo notará. En la medida en que nuestro agarre sea correcto eliminaremos errores de base. Con ello podremos centrarnos en buscar los errores en el movimiento, en el swing.

En ocasiones, los jugadores inician correcciones complicadas para conseguir llevar la bola recta. Sin embargo, no se dan cuenta de que el problema no está en el movimiento sino en su grip.

Antes de pensar en levantar o no la cabeza, en terminar el golpe o en si giramos o no la cadera, es conveniente analizar el agarre. Analizar si tenemos un grip neutro, el correcto, si los fundamentos de nuestro golpe son buenos. Después podremos levantar más alturas en nuestro edificio, pero primero analicemos el correcto agarre del palo de golf.

¿Qué efectos produce un mal grip?

gripLa finalidad de un buen agarre es que la cara del palo se encuentre perpendicular a la línea de juego cuando contacta con la bola. Así conseguiremos que la bola salga en la dirección que nos hemos propuesto y no tenga desviaciones ni a derecha ni a izquierda. Así de simple y así de complicado.En definitiva, la forma de agarrar el palo es fundamental para conseguir ir rectos en golf.

Pero cuidado con este detalle, un mal agarre no se detecta en el momento de ponernos a la bola. En ese momento nos parecerá que tenemos un agarre correcto. El problema de un mal agarre se produce en el momento de contactar a la bola. Es ahí donde se manifiesta nuestro problema ya que cuando se inicie el swing nuestro cuerpo no admitirá ajuste ninguno.

En otras palabras, si nuestro agarre es bueno, será igual en cualquier momento del movimiento. Si nuestro agarre es malo no lo podremos compensar con un giro de brazo o de hombro durante el swing. Cuando estemos en plena acción y nuestro cuerpo se encuentre en movimiento, será imposible volver a la posición inicial. Por tanto, nuestro defecto se manifestará.

Tipos de grip

El grip neutro

Llamamos grip neutro a aquel que consigue que la cara del palo contacte recta a la bola. Imaginemos una situación hipotética en la que el resto de factores del swing fueran perfectos y nos centramos exclusivamente en el agarre. Si conseguimos golpear a la bola con la cara del palo perpendicular a la línea de objetivo, nuestra bola saldría recta. Ese es el grip neutro.

Grip que provoca slice

Imaginemos ahora que agarramos el palo de forma que la cara del palo en el momento de contactar con la bola mira hacia fuera. La parte más cercana a la varilla se encuentra más adelantada que la punta opuesta de la cara del palo. Dicho de otra forma y para los jugadores diestros, la cara del palo apunta hacia la derecha del objetivo. Este tipo de agarre lo llamamos grip abierto o grip débil.

El grip débil produce que imprimamos a la bola un efecto de giro. El agarre débil hará que describa una curva de izquierda a derecha tirando por tierra nuestra intención de ir rectos.

Hook por el grip

Si agarramos el palo de forma que apunte a la izquierda, en el caso de un diestro, nuestro golpe no tendrá una trayectoria recta. Se curvará hacia la izquierda produciendo el temido gancho a la derecha. Es el llamado grip fuerte.

Algunos al leer este párrafo habrán abierto los ojos y habrán visto la salvación a su odiado slice y pensarán: ¡eureka! Si sufro de slice pero pongo un grip fuerte que manda la bola a la izquierda conseguiré equilibrar los dos efectos y mi bola saldrá recta.

Bueno, efectivamente muchos jugadores toman esta solución y veremos en el campo como retuercen sus manos para conseguir un grip fuerte. Qué digo fuerte… ¡fortísimo! Pero la solución no está en el grip. La solución está en corregir el movimiento. Para solucionarlo nada mejor que ponerse en manos de un buen profesional que nos asesore y ayude.

Y, hablando de profesores, no cabe duda que un buen profesional, lo primero que mira a la hora de dar una clase es nuestro agarre. Si el agarre es bueno, si tenemos un grip neutro, no nos dirá nada. Pero, si el agarre es malo, lo primero que corregirá será este punto ya que el profesional tiene que construir nuestro swing con buenos fundamentos.

Pero ¿qué pasa si corregimos el swing y evitamos el slice pero seguimos con un grip fuerte? Entonces haremos un hook. Si únicamente tenemos un grip fuerte la bola saldrá con efecto a la izquierda y hará el temido gancho de izquierda o hook que arruinará nuestro juego.

En definitiva, debemos jugar con un grip neutro. Así, cualquier defecto de swing saldrá a la luz y podremos identificarlo y corregirlo.

Deja una respuesta